"Retirados en la paz de este desierto,
con pocos, pero doctos libros juntos".
-Quevedo
De la Comicteca de: Madame_Xandú
Para comenzar bien el año, un número extraordinario de la época clásica, con un reto a la inteligencia que sólo Fantomas podía resolver! Llama la atención que nuestro héroe enmascarado no acudiera a su entrañable asesor científico, amigo y protector, el profesor Semo. Mas aún, porque en episodios anteriores (El gran robo de la torre de Pisa, El basurero espacial) sus aventuras contaron con el valioso apoyo del profesor. En esta ocasión, tuvo la ayuda de su personal técnico y científico propio.
Bastantes datos incluye este episodio, al más puro estilo de Gonzalo Martré (aunque no se consigna su nombre en los créditos). Así, se habla del lenguaje de Evaristo Galois para análisis de conjuntos matemáticos, rayos láser, registro de fotoneutrinos y occilotos, sismógrafos, etc., todo para conseguir unos tesoros del conocimiento humano ocultos ni más ni menos que debajo del edificio de El Pentágono, en los Estados Unidos. Fantomas ha descubierto unas extrañas esferas a 15 metros bajo tierra por pura deducción lógica luego del análisis de muchos datos. No faltan los calificativos de admiración de su personal ante las increíbles deducciones de su jefe ("¡Increíble! Fantomas tiene el poder inductivo de Le verrier").
Luego de un elaborado análisis, La amenaza elegante decide apoderarse de una esfera en particular, para disponer de toda la información disponible sobre los platillos voladores tripulados por inteligencias extraterrestres, ni más ni menos. Los documentos sobre las demás áreas de la ciencia podrían esperar para alguna posible misión posterior.
El final de la aventura me dejó la misma sensación que la revista Duda, que circulaba por aquella época en México. Es decir, sólo proporcionaban datos, teorías y posibles explicaciones a fenómenos paranormales o sobrenaturales, pero sin dar ninguna conclusión definitiva. (Por cierto que esta revista de la editorial Posada, fue fundada por Guillermo Navarrete e ilustrada por Rubén Lara, ambos creadores también de nuestro héroe).
Una referencia del tema de esta historia podemos encontrarla en La biblioteca de los extraterrestres, de 1977, en la que Fantomas logra apoderarse de una increíble bibliografía de origen alienígena hecha con láminas de oro, lo cual nos habla de su gran interés por el conocimiento humano en todos sus ámbitos y de sus planes de utilizarlos en beneficio de la humanidad.
Galois, matemático francés. |
Bastantes datos incluye este episodio, al más puro estilo de Gonzalo Martré (aunque no se consigna su nombre en los créditos). Así, se habla del lenguaje de Evaristo Galois para análisis de conjuntos matemáticos, rayos láser, registro de fotoneutrinos y occilotos, sismógrafos, etc., todo para conseguir unos tesoros del conocimiento humano ocultos ni más ni menos que debajo del edificio de El Pentágono, en los Estados Unidos. Fantomas ha descubierto unas extrañas esferas a 15 metros bajo tierra por pura deducción lógica luego del análisis de muchos datos. No faltan los calificativos de admiración de su personal ante las increíbles deducciones de su jefe ("¡Increíble! Fantomas tiene el poder inductivo de Le verrier").
El Pentágono, en Virgina, Estados Unidos. |
El final de la aventura me dejó la misma sensación que la revista Duda, que circulaba por aquella época en México. Es decir, sólo proporcionaban datos, teorías y posibles explicaciones a fenómenos paranormales o sobrenaturales, pero sin dar ninguna conclusión definitiva. (Por cierto que esta revista de la editorial Posada, fue fundada por Guillermo Navarrete e ilustrada por Rubén Lara, ambos creadores también de nuestro héroe).
Le Verrier, otro matemático francés. |
Ha sido una delicia para mí volver a leer este episodio que conocí por vez primera durante mi adolescencia, gracias a la generosidad de Madame_Xandú, quien me permitió digitalizar este ejemplar de su colección. Los dibujos fueron realizados por Víctor Cruz, y no podemos dejar de notar cierta influencia de Gonzalo Mayo. Después de todo, en esta época el dibujante peruano era el consentido de Manuel Moro (director artístico de Novaro) y del escritor Gonzalo Martré. Por esta razón, sólo hubo unos cuantos números dibujados por don Víctor durante este año (1983). De hecho, Moro dijo a Víctor Cruz que no volvería a dibujar a Fantomas. Como la dirección de la empresa no quería perder a don Víctor lo pusieron a dibujar otras historietas, dejando así a Mayo como dibujante titular de la publicación.
Víctor Cruz tomó algunos detalles del estilo de Gonzalo Mayo, como los accesorios utilizados por sus ayudantes. |
Sin embargo, y pese a los esfuerzos de Mayo y Martré, la revista comenzó a tener cada vez menos ventas lo que alarmó a la dirección general, la cual ordenó a Moro colocar nuevamente a Cruz al frente de Fantomas. Estaba por venir la época de los tamaños águila, avestruz y colibrí, en los que las ventas alcanzarían sus niveles más altos, siempre con las colaboraciones de Víctor Cruz. Mientras tanto, Mayo retomaría su trabajo en los Estados Unidos donde siempre fue muy apreciado, y en donde vive hasta la fecha.
Como detalles curiosos, podemos ver que la ayudante Libra no es de raza negra, y que en una escena Fantomas se encuentra leyendo El Aleph, de Borges, de quien no pudo evitar un comentario elogioso.
No me resta más que agradecer el favor de su lectura y desearles un nuevo año lleno de satisfacciones.
Hasta la próxima!
-Luis Van
No.: 144 Serie: Clásica Fecha de publicación: 27 de noviembre de 1973 Dibujo: Víctor Cruz Argumento: Sin datos Digitalizada por: Luis_Van Compartida por: Madame_Xandú Páginas: 36 Descargar en formato CBR |