El vuelo de Icaro

Extracto de la primera página del No. 679 tamaño águila, al estilo de Juan Roncagliolo Berger

Este 20 de julio del 2014 se cumplen 30 años de la publicación de un episodio bastante singular, envuelto en la polémica desde que salió a la luz. Me refiero a "El vuelo de Icaro", una historia de Rubén Sánchez Monsiváis, -primo del afamado escritor mexicano Carlos Monsiváis-, encargado en ese entonces de la dirección editorial en Novaro.

El episodio es polémico porque trata de una manera velada pero evidente sobre el mandato de un ex-presidente mexicano. Aunque por supuesto no se hace una alusión directa a esta persona, no es difícil adivinar quién es. Comenzando por el nombre ficticio del protagonista, Jacob Lewis Pride, cuyas iniciales -JLP- coinciden con las del tristemente célebre presidente José López Portillo -cuyo desastroso mandato de 1976 a 1982 consiguió la más grande devaluación desde tiempos de la revolución-, hasta la apariencia física del personaje, sospechosamente parecido a este político del PRI, el partido que sigue estando al frente de la dirección de nuestro país.

Otros detalles reveladores son ciertos hechos que sucedieron realmente, como la construcción de una costosa mansión a cargo del erario público (La colina del perro), el nepotismo (su hermano a cargo de la CONADE, por ejemplo), el espejismo de una opulencia petrolera dilapidada de forma irresponsable, los préstamos del FMI, el encarcelamiento del director de PEMEX como chivo expiatorio y por supuesto, el llanto del ex-presidente cuando, emocionado por el momento histórico, estatizó la banca privada al grito de "No volverán a saquearnos!". -Esta expropiación de la banca fue revertida a principios de los noventas, ya que había sido una medida evidentemente errónea, por decir lo menos.

Las similitudes con la realidad, al estilo de Juan Roncagliolo.

Me parece realmente sorprendente que la dirección editorial haya autorizado la publicación de semejante episodio de denuncia, con todo y que la trama supuestamente transcurrió en Rodesia, un país de mayoría negra. Sin embargo este número de la serie águila pasó prácticamente inadvertido porque al parecer el gobierno se encargó de desaparecerlo antes de que pudiera ser comprado por el público. Algo similar a lo que sucedió con "Las buenas conciencias", un episodio imposible de conseguir hoy en día y al que ya nos hemos referido en este espacio.

El historietista e investigador mexicano Luis Gantus a dedicado una entrada en su blog a este asunto en "El cómic que el gobierno no dejó existir", y concluye lo siguiente: "Es posible que a los autores de dicha historía les resultara divertido, hacer al expresidente, víctima de Fantomás,  también que la intención original era que fuera él, pero por los tiempos politicos decidierón no hacerlo, y ya cuando Novaro estaba a punto de tronar, tenían poco que perder al hacerlo, o había menos control de contenidos dentro de la editorial, aunque nada de esto quita el hecho de que a esta historia EL GOBIERNO NO LA DEJO EXISTIR, por lo menos hasta hoy".